Pedro Pablo Santamaría

Por: Carlos Alberto Rendón Calderón

Pedro Pablo Santamaria Vasco nació en Envigado, el 29 de junio de 1886. Miembro de una familia con profundos intereses en la música (su padre fue por muchos años organista y director del coro en la parroquia de Envigado, y su hermano Jaime fue muy popular director, pianista, gestor musical e impulsor de compañías escénicas en la capital antioqueña).

Desde muy niño, mostró sus cualidades, facilidad e inclinación para la música, por lo que en la antigua Escuela de Música de Santa Cecilia de Medellín, recibió formación inicial con los profesores Gonzalo Vidal, Germán Posada Berrío y Jesús Arriola, estudios que no interrumpió pese al cierre de la institución por la Guerra de los Mil Días. Al reabrirse la Escuela, continuó su educación musical formal, y fue tan aventajado discípulo, que pronto fue nombrado en la cátedra de instrumentos de viento.

Por decreto del 10 de marzo de 1915, el maestro Santamaría fue nombrado como “Músico Mayor de la Banda Militar del Regimiento # 8 – Girardot”, acantonado en Medellín y dirigido por el maestro Gonzalo Vidal. En 1917, fue confirmado como subdirector de la Banda y nombrado Profesor en el Instituto de Bellas Artes de Medellín.

Al suprimirse la Banda Departamental, el maestro envigadeño fundó “La banda Josefina”, que dirigió por dos años, animando gran cantidad de retretas. Desde entonces, su producción original también empezó a llamar la atención del público y de la crítica.

Pedro Pablo Santamaría hizo parte de la generación post-centenarista, que vio en la grabación de discos, una interesante oportunidad de difundir su trabajo artístico, en las voces y las agrupaciones orquestales que, desde Nueva York, México y otras ciudades del orbe, registraban y difundían la mejor música popular de los creadores americanos.

Fruto de ese ambiente, Santamaría logró imponer lo que entonces se llamaron “éxitos de ventas”, piezas instrumentales y vocales de gran popularidad y reconocimiento. Entre ellas, destacó un ciclo de Canciones, sobre textos del poeta y periodista Augusto Duque Bernal, uno de los más famosos letristas del Cancionero colombiano. Estas hermosas piezas vocales se han conservado en históricas grabaciones, en las voces de los más famosos cantantes de la época. Evelio Pérez, entre los locales, y Carlos Mejía y Margarita Cueto, entre los extranjeros, fueron sus intérpretes estelares.

En 1924, el maestro Santamaría presentó una obra al concurso musical realizado con motivo de la Feria Exposición Nacional celebrada en Medellín. Era su Sonata para piano en Do mayor, con la que obtuvo el segundo puesto en el certamen. El primer lugar, reservado para una pieza orquestal, fue ganado por el maestro Vidal.

Esta interesante partitura fue rescatada del olvido, en el Suplemento Musical de la Revista Universidad de Antioquia, a fines de 1987, en edición facsimilarde una copia manuscrita. En dicha publicación, escribió el maestro Rodolfo Pérez González: “En el tratamiento de la forma sonata con amplio desarrollo, así como en las modulaciones y el tratamiento técnico del instrumento, se descubre Santamaría como compositor de grandes ejecutorias. No cabe duda de que se trata de uno de los más notables ejemplos de la literatura pianística en Colombia y por ende en Antioquia, donde este género ha sido tan escasamente cultivado”.

La Sonata para piano en Do mayor del compositor antioqueño Pedro Pablo Santamaría está integrada por los clásicos tres movimientos, propios del género (1. Adagio, 2. Andante y 3. Allegro con brío). Se escuchó en versión de concierto, realizado el 26 de agosto de 1986 en la Sala de Música del Banco de la República de Medellín, por Guillermo Rendón Calderón al piano.

 Otros reconocimientos y distinciones que recibió el maestro Santamaría, fueron los siguientes: En 1934, con ocasión de la inauguración de los equipos transmisores de La Voz de Antioquia, ganó el primer premio en el concurso abierto por la emisora, con su Fantasía en re mayor para piano y orquesta, y un premio adicional con un Bambuco sobre versos de María Luisa Carnelli. Su Danza del Remordimiento fue premiada en un importante concurso, pieza que fue adaptada para el drama “Si hablaran los perros” de Emilio Franco. En abril de 1937, Santamaría obtuvo un rutilante triunfo en el concurso abierto para premiar la mejor obra musical sobre el bello himno patriótico LaTierra de Córdoba de Jorge Isaacs, cuando Medellín celebró el centenario del natalicio del poeta (recordemos que a este himno también puso música su maestro Gonzalo Vidal, 30 años antes). En julio de 1937, con ocasión del Segundo Congreso Nacional de Música celebrado en Medellín, ganó el premio único con su composición titulada Chinita, sobre versos del poeta Libardo Parra Toro (Tartarín Moreyra). En 1945, su Himno Oficial constituyó uno de los mejores números del homenaje al centenario del Padre Jesús María Mejía. Así mismo, fue ganador del premio “Emilio Murillo” con su Canción Escolar.

En su labor musical, el maestro Pedro Pablo Santamaría fue también organista en las poblaciones de Fredonia y La Ceja y, por muchísimos años, Maestro de Capilla en la Iglesia La Candelaria de Medellín.

En su Catálogo se cuentan unas 120 partituras en total, destacándose, además de las mencionadas y escuchadas, una Fantasía sobre Aires Colombianos; las canciones Toda en mi ser y Amor y brasa, también sobre versos de Augusto Duque Bernal; la danza  instrumental Exótica, varios himnos y villancicos; algunos arreglos para banda y orquesta, y un valioso inventario de obras pertenecientes al ámbito de la música religiosa.

Santamaría fue actor de significativa importancia en el desarrollo de la vida artística de la ciudad de Medellín, estimuló la práctica de la música coral, participó activamente en las festividades religiosas más importantes y merece una mención especial su desempeño como formador de juventudes.

En enero de 1958, Santamaría renunció a su cargo como organista en la iglesia de la Candelaria de Medellín, y dos años después, el 29 de marzo de 1960, falleció en Medellín a los 74 años de edad.

 Su cuarteto de cuerdas es  un verdadero ejercicio académico, en cinco movimientos, siguiendo los cánones clásicos, guiado por Gonzalo Vidal y concluido en octubre de 1917. Concebido inicialmente como un “estudio” para Cuarteto de Cuerdas, como dice en la primera página de la partitura manuscrita original, “el maestro Vidal, después de felicitar a su discípulo y amigo Pedro Pablo Santamaría, declara que este trabajo es la revelación de un talento excepcional, unido a una tenacidad sin precedentes en la historia del Arte en Colombia”.

En el año de 1960, la obra fue interpretada por el Cuarteto de Cuerdas Antioquia, y luego de un injusto olvido, fue rescatado por los organizadores del Festival Internacional Música de Cámara Colombiana, y presentado en dos ediciones de este certamen (octubre de 2004 y agosto de 2006). Son sus movimientos: 1. Tiempo de Minueto; 2. Andante; 3. Allegretto; 4. “Elegía lunar” (Lento), y 5. Allegro Moderato.

 La Obra del Maestro:

  • Sonata en Do mayor para piano
  • Fantasía en re Mayor para piano y Orquesta
  • Danza del remordimiento, obra destinada al drama “Si hablaran los perros”
  • Obra llamada Chinita
  • Una fantasía sobre aires nacionales
  • Varias canciones bellísimas con texto de Augusto Duque Bernal
  • Algunos Himnos y villancicos
  • Pasillo Rojo
  • Pasillo Triny
  • Cuarteto para Cuerdas
  • Habanera o Danza “Sueño del Ruiseñor”

Bibliografía:

Grupo Interdis, Universidad Nacional, Medellín

Investigador: Luis Carlos Rodríguez

Historiador: Heriberto Zapata Cuenca.