El sainete vuelve al barrio BUGA

Pocos saben hoy en día qué es un sainete. Y no será suficiente decir que era una pieza teatral jocosa que reúne música, baile, actuación, disfraz y verso, porque el sainete era una fiesta, un tren de alegría que iba repartiendo risas por caminos, fincas y veredas durante los diciembres y eneros de cada año.

En el pasado, Antioquia fue campo fértil para la práctica del sainete. A finales del siglo XIX se practicaba en numerosos lugares del Norte, Occidente y Oriente antioqueños. También en el norte y sur del Valle de Aburrá, donde se tienen noticias de sainetes en los actuales municipios de Itagüí y Envigado que, junto con Sabaneta, hacían parte de una misma jurisdicción.

Ricardo Olano, en la primera mitad del siglo XX, recuerda en sus diarios que por la época de vacaciones aparecían grupos de saineteros con sus máscaras y disfraces de colorines. Agustín Jaramillo Londoño, en su conocido libro El Testamento del paisa, publicado originalmente en 1961, se refiere también a la llegada de grupos de sainete y danza a las casas de campo de El Poblado, donde temperaban las familias acomodadas durante el mes de diciembre y también durante la celebración del Corpus Cristi.

Envigado no fue la excepción en registrar la desaparición del sainete como expresión festiva y práctica artístico-cultural de sus habitantes pueblerinos y campesinos. A pesar de lo anterior, hoy en día se conserva la memoria del Sainete de Saya, que tuvo presencia destacada hasta los años 70 del siglo pasado en el antiguo barrio Buga, conocido como Manuel Uribe Ángel, y donde se menciona que se extendía al Alto de Misael y a La Sebastiana, es decir, sobre la ribera oriental de la quebrada Ayurá.

A sus 80 años, Josefina García, primogénita del fallecido sainetero Delio García, conocido por todos como Saya por los faldones que usaba para sus personajes, es quien salvaguarda la memoria del sainete; y no quiere morir sin volverlo a representar. Como abanderada que ha sido en el sainete, ella ondea en sus manos ese sueño que ahora se ha vuelto proyecto.
Y es con apoyos como el de Secretaría de Cultura Municipal y del director del Teatro El Ágora, Miguel Ángel Cañas, que se quiere, entre otros logros, describir y analizar el Sainete de Saya: parlamentos, actores, formas expresivas, características estructurales, literarias, teatrales, musicales, dancísticas, así como los recursos escénicos, inscritos en un contexto comunitario y familiar; siempre apuntando a la reapropiación del sainete por esa comunidad como expresión de identidad cultural y referente patrimonial del barrio.

Con un equipo compuesto por historiador, artista y antropóloga se busca reconstruir la historia del sainete en Envigado, en la cual tuvo un papel protagónico la población afrodescendiente que se asentó en la ribera oriental de la fundante quebrada Ayurá.
Adicionalmente, Envigado concita el interés de artistas por recrear sainetes a partir de relatos y sucesos de la actualidad, con técnicas de representación y actuación, literatura, verso y música renovados.

Es así como el sainete, hasta hace poco tiempo una tradición olvidada, presente solo en dos o tres veredas del territorio antioqueño, registra hoy un interés especial por recrearlo y fortalecerlo entre comunidades rurales del departamento, a lo cual viene contribuyendo de manera importante el Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia.

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